no serán inundadas ni calcinadas por las llamas.
No se escucharán gritos de madre alguna desconsolada
ni de hijos e hijas aterradas.
No veréis nubes en llamas ni hielo en la sabana
ni moriréis en la angustiosa soledad del final en vuestras casas
ni llorareis en la oscuridad del miedo en el alma.
Dormid hoy en paz
para mañana contemplar
el hermoso amanecer del Lucero del alba.