Ojalá no pase jamás hambre.
Ojalá tenga un techo bajo el que poder dormir.
Ojalá tenga una chimenea en la que refugiarme.
Ojalá pueda en paz vivir.
Viviré por siempre honradamente
trabajador visionario seré.
Mi pasión mi familia y mi trabajo
que con más esfuerzo del que me pedían gané.
Gozaré con mi mujer viendo crecer a mis hijos
que poco a poco irán aprendiendo a andar,
y, cuando al ser mayores me pregunten por la vida,
les leeré esta poesía,
que es el rumbo que elegí tomar.