cuando ya la esperanza está a punto de expirar
cuando sólo las amargas lluvias empapan tu húmedo rostro,
cuando ya no puedes, ya no puedes más...
Ahí, justo ahí se encenderá el faro en el camino
y por la noche podrás ver la Estrella Polar.
Arriba, sostenida sobre el horizonte,
una guía que a partir de entonces no te abandonará.
Para que sigas adelante,
para que veas en tu camino el final,
y en ese momento del rencuentro
echen las dulces lágrimas a las que antes se querían quedar.
¿Por qué digo esto?
Porque sé que es verdad.
Tan cierto como que respiras,
tan cierto como que sobre las aguas puedes andar.
Porque tengo fe en que así es
Porque sé que así será.
Lloremos ahora todos y todas juntos
lloremos de felicidad.
Que el mundo es una estrella
que brilla con este cariño tan especial.
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